miércoles, 4 de febrero de 2015

ÉTICA NORMATIVA

Hay dos tipos de leyes: aquellas que quieren hacer más ricos a los ricos y aquellas que quieren hacer menos pobres a los pobres.
Hoy toda Europa está preocupada porque, en Grecia, el pueblo ha salido a votar democráticamente un nuevo gobierno, que no es del agrado de Merkel ni de los mercados y países capitalistas.
Pero esa no es la noticia que a mí me hace entristecer hoy, sino la de que el rey de Arabia Saudí ha muerto. Un monarca que reina en un país donde los derechos humanos no existen. Donde las mujeres valen la mitad que los hombres, y ni si- quiera pueden salir solas a la calle o conducir un coche. Donde a los homosexuales los ejecutan con la pena de muerte. Donde no hay libertad de ningún tipo y la palabra del rey es la única ley. En definitiva, una de las dictaduras más longevas existentes (más de un siglo).
Lo triste no es que ha estado el rey Felipe VI en el entierro y en la coronación del nuevo rey, sino que han estado todos los demácratas del mundo, como Obama, Cameron, Medvédev y muchos más. La canciller alemana, Angela Merkel, expresó sus condolencias y elogió a Abdalá por "su equilibrio y mediación política en el Medio Oriente". Merkel, como mujer y demócrata, no tiene vergüenza alguna de arrodillarse ante semejante dictadura. Además, el rey saudí ha secuestrado a dos de sus hijas de unos 40 años, sin salir de casa, y así llevan una década.
Eso sí, Merkel exige a los griegos que pagen sus deudas, aunque el pueblo se tenga que morir de hambre. ¡Cuánta hipocresía y mentiras de los políticos, o mejor dicho de las castas!
¿Por qué las democracias tienen que ser sumisas a los mercados? ¿De verdad existen las democracias o es un invento para tenernos entretenidos cada 4 años? Será mejor que me centre en mi sector que es el taxi, donde también tenemos las castas y los demagogos. Aquellas asociaciones que no quieren regulaciones, sino libertad horaria; que nos están dejando más pobres que hace un año, con medidas como la congelación de las tarifas. No se nos hacen propuestas, jurídicamente viables, para salir del pozo. Y otros tan solo proponen promoción y desregulación,
o libertad empresarial.
¡Qué triste la poca idea de los dirigentes y políticos que nos gobiernan en el taxi, donde, un año más, no se hace nada para que nuestro trabajo diario sea mejor! Porque sí que hay propuestas viables y avaladas con estudios económicos, que nos pueden sacar de este pozo, pero no hay voluntad de cambio por parte de los taxistas. Si no empezamos a luchar por nuestra dignidad, nadie lo va hacer por nosotros. En vez de mirar hacia fuera, miremos primero nuestro trabajo y hagamos una jornada laboral digna.
Me gustaría ser optimista y pensar que este año puede producirse el cambio de mentalidad, y que lucharemos por cambiar este sector, pero sin revanchas y con humanismo. Probemos, sin miedo, todas las regulaciones y, luego, votemos democraticámente la que más nos guste.
Y recuerda: todo lo que hemos dicho es subjetivo, al igual que tu pensamiento también lo es.

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