¿Es posible la viabilidad económica de una empresa que pierde un 20,5% sus ingresos en apenas tres meses y tiene el mercado saturado de oferta?
Ésta es la situación que sufre en la actualidad el sector del taxi, que atraviesa una grave crisis que pone en peligro la continuidad de muchas licencias, como advierte un estudio del Instituto Municipal del Taxi, donde se apunta a la necesidad de adoptar medidas para reducir el número de vehículos en la calle.
Las cuentas parecen que ya no salen a los taxistas.
Si el año 2007 fue considerado uno de los más productivos del sector, en apenas unos meses la crisis económica se ha cebado con especial inquina sobre estos autónomos.
El análisis sobre la situación actual de este colectivo ofrece datos demoledores.
Durante 2007 se calculaban unos ingresos medios de 118 euros por día laborable de trabajo. Al final de año, cada vehículo generó una media de 42.329 euros.
Esta situación empezó a cambiar radicalmente a mediados del año pasado, con unos ingresos en día laborable de trabajo de 87,65 euros, un 26% menos. Pero esta tendencia se ha agudizado en los primeros tres meses de este año, cayendo otro 20,5%, con unos ingresos medios por vehículo de 69,65 euros en día laborable. Un descenso importante que es mayor, cercano al 30%, si se compara la evolución en los taxis operando con tarifas nocturnas y de días festivos.
El informe del Instituto Municipal del Taxi apunta a varias razones que podrían explicar esta situación. Por un lado a que la demanda ha caído, fruto de la propia dinámica de la crisis económica. Baste un dato curioso pero muy significativo: a finales de 2008 salían 1,2 taxis por cada minuto desde la parada de la Alameda Principal, considerada la más dinámica. En la actualidad hay que esperar el triple.
El exceso de oferta parece que también juega en contra del sector. Los vehículos tienen que estar más en la calle para compensar la pérdida de ingresos, superando las once horas de trabajo diario.
Pero además, el número de asalariados ha subido de forma notable porque se percibe el sector como un refugio para el desempleado en tiempos de crisis.
El propio estudio municipal plantea las opciones seguidas en otros municipios, potenciando los descansos para reducir el número de taxis en la calle. Aunque no se decanta por una solución cerrada, sí que duda de la viabilidad económica de un sector que ingresará, de continuar con esta tendencia, unos 37.000 euros por vehículo a finales de año. Esto supone 5.000 euros menos que en 2007. El problema es que los costes fijos medios por cada taxi, incluido el salario, son de 36.800 euros por año.
Por laopiniondemalaga.es
Miguel Ferrary. Málaga
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